Duelos y Quebrantos en la Secundaria

"Si un doctor, un abogado o un dentista tuviera a treinta personas o más en su oficina a la vez, todas con diferentes necesidades y algunas que no quieren estar allí y el doctor, abogado o dentista, sin ayuda, tuviera que tratarlos a todos con excelencia profesional durante diez meses, entonces podrían tener una idea de lo que es el trabajo del docente en el aula". (Kathy A. Megyeri. "Chocolate Caliente para el Alma de los Maestros")

¡Me encanta el olor a tiza por las mañanas...!


29 de marzo de 2010

¡ Golpe de remo !

Hablar en clase se ha convertido en un acto tan natural como lo es respirar. Lamentablemente no podemos esperar que la mayoría de sus comentarios tengan, siquiera, algo que ver con nuestras alocuciones, o que practiquen eso que los orientadores llaman "escucha activa". Es algo institucionalizado que hemos aprendido a interiorizar. No concibo que una clase pueda trabajar diez minutos realizando actividades en absoluto silencio, me siento incómodo, como si pasara algo... El ambiente escolar, ese run run es incluso hasta sano, siempre que no derive en la más absoluta anarquía, siempre que podamos explicar y no nos importe escuchar algún que otro comentario o pregunta cada par de minutos... Una explicación en el más absoluto silencio durante quince minutos (si alguien lo consigue) creo que no es tan efectiva como presuponemos.
 Es por ello que uno se sorprende con algunos comentarios durante las evaluaciones (algún día hablaremos de ellos, podríamos escribir incluso un libro) del tipo... "es que cuando están haciendo actividades hablan..."; ¡Claro que hablan! No hay que sorprenderse ni alarmarse si a la vez están trabajando. Cierto es que algunas tareas requieren especial concentración, pero también es cierto que el silencio se verá roto cuando alguno quiera preguntar una duda al compañero de al lado... Es hasta deseable.
Por eso me sorprendo con este tipo de quejas cuando la situación no es la de algunas clases donde sí hay absoluta anarquía y dar clase durante diez minutos puede provocarte una afonía. 
De modo que no  me parece que haya que invocar el golpe de remo en estas situaciones tan cotidianas, ni que sea motivo de queja en una jefatura de estudios... No me parece que la amenaza sea la manera de enseñarles cómo escuchar y cuándo, en qué momento y de qué manera se pueden expresar.

13 de marzo de 2010

Romance de la evaluación

Gracias a una buena amiga, he recibido este Romance de la evaluación, de autoría anónima -como no podía ser de otra manera- para no faltar a la historia. Quizás sería más adecuado para la tercera evaluación, pero el hecho de que las evaluaciones suelen ser tensas o pesadas (salvo alguna honrosa excepción) y, ante la proximidad de las mismas, quisiera compartir con vosotros estos estupendos versos, cuya lectura podéis acompañar de esta música, que se acelera al ritmo que se calienta dicha sesión de evaluación. Intuyo que está basado en hechos reales... A mí, al menos, me son familiares... ¡Animo y energía para el fín de trimestre!






La sesión de evaluación
dispuesta a empezar estaba
el tutor que era de Lengua,
dijo que todos callaran
y pidió a la Orientadora
que, por favor, se sentara.
La Orientadora, psicóloga,
tiene en propiedad su plaza
desde que la LOGSE impera
en los Centros de Enseñanza.
Sabe al dedillo la Ley,
habla la jerga bárbara
de los psicopedagogos
y de la fauna logsiana.
Comienza la evaluación,
las notas así se cantan:
Iván Peláez Borrego.
Con este mozo, ¿qué pasa?
A éste le quedan seis.
Titulación denegada.
Pero habló la Orientadora,
y de esta manera hablaba:
“No nos permite la LOGSE
hacer tan gran canallada
si algún alumno o alumna
no superase algún área
siendo con insuficiente
evaluado o evaluada
debe discutirse aquí
si es persona preparada
si domina las destrezas
los objetivos de etapa
si se ajustan los diseños
si se dan las circunstancias
si se hizo adaptación
al chaval o a la chavala
si de los procedimientos
se llevó relación clara
y si de las actitudes
quedó notoria constancia.
¿Detectáronse a tiempo
todas esas problemáticas?
¿Se hicieron formularios,
programaciones de aula?
¿Motivósele al efecto con
estrategia adecuada?
¿Hizose por el tutor
en la clase un sociograma?”
Muchos de los profesores
se miran, piensan y callan.
Hizose largo silencio,
ni una mosca se escuchaba.
Y luego el de Historia habló.
Bien oiréis lo que hablaba:
“¡Pero si este mozalbete
las más de las veces falta.
Y cuando viene, molesta,
grita, juega, se levanta;
no atiende al profesor,
ni estudia ni trabaja;
no se está quieto un momento,
de los profesores pasa,
es deslenguado soez,
torpe, necio y tarambana.
¿Cómo darle el mismo título
que al que se aplica y se afana
y saca muy buenas notas
y cumple normas y pautas?
Sería inicua injusticia,
sería indecente práctica,
sería de los calzones
hacerse la gran bajada.”
Los profesores se miran
y, con voz amortiguada,
se comentan a la oreja
las cosas que allí se tratan.
Los más parecen de acuerdo,
otros niegan y rechazan.
“¡Como podéis decir eso!”
Y la Orientadora exclama:
“¡No queréis tener en cuenta
la normativa aprobada!
¿Te has leído el plan de Centro?
¿Has repasado las páginas
de los valiosos Diseños
Curriculares de Etapa?
¿Practicas la evaluación
continua y bien adaptada?
¿No aplicas en tu clase
la enseñanza igualitaria?
Si el muchacho no te atiende,
será porque usas la práctica
de la lección magistral,
que es retrógrada y nefasta.
Debes dar motivación
y educación y enseñanza,
descender de la tarima,
que es plataforma tiránica;
debes ser más solidario
con chavales y chavalas,
darles menos contenidos
que no hacen mucha falta
y mirar sus intereses,
captar bien su idiosincrasia
y educar en valores
de sociedad democrática;
ser más tolerante y lúdico,
ser con ellos camaradas
y mostrarte comprensivo
en cada unidad didáctica.”
“Pero, aprobando a éste,
¿quién el título no alcanza?
Veremos el próximo curso
cómo vienen a las aulas
y cursar Bachillerato
así, por toda la jeta
un montón de analfabetos,
inútiles, vagos y caras.
Mozalbetes ignorantes
e iletradas muchachas
que no hacen ni la O
con un canuto de caña.”
Subieron las discusiones
arreciaron las palabras
se esgrimieron circulares
leyes, fueros y ordenanzas.
Hablose allí de principios,
de posturas reaccionarias
de los derechos humanos
y falta de democracia.
De lo divino y lo humano
todo el mundo allí hablaba.
Llevaban así tres horas
y el personal se cansaba,
hasta que un profesor dijo:
“A ver cuántas le quedaban
al mozo que, por el titulo,
la disputa originara.”
“Quedábanle seis”, responden.
“Pues yo, que doy Matemáticas,
que las tiene muy suspensas,
ahora están aprobadas
y solo cinco le quedan.”
Y la de Francés que estaba
mohina y entristecida,
a punto de echar las lágrimas,
dijo con voz melancólica,
mortecina y apagada:
“Ponle aprobado en Francés.”
“Que apruebe también la Plástica.”
(Sonó la voz del artista,
que tenia enormes ganas
de acabar las discusiones
e irse a pintar a casa).
“Pues yo, para no ser menos,
le apruebo Cultura Clásica.”
Y aprueba que te aprueba,
el typex se chorreaba,
sumergiendo los suspensos
bajo una patina blanca.
El tutor, los suficientes
prestamente rotulaba:
“Iván Peláez Borrego:
¡Quédanle dos, luego pasa!”

11 de marzo de 2010

Resultados de la encuesta "Para tí, un 4´5 es..."

La opinión de tus compañer@s siempre es importante; a veces te dan esa palmadita en la espalda que tod@s necesitamos, mientras que otras veces te ayudan a corregir el rumbo en momentos inciertos.
Tras años de evaluaciones, he coincidido con todo tipo de compañeros; desde aquéllos que siguen sosteniendo el discurso de "El 11 para el libro, el diez para el maestro y el 9 para el alumno", a aquéllos que reparten dieces como caramelos. Dentro del término medio, coincidí con Don erre que erre, inamovible en su decisión, y con otros que la cambiaban ante el más mínimo gesto de reprobación por parte de los compañeros...
Cada profesor es un mundo, pero parece que la mayoría tiene claro que un 4´5 es suspenso, o que quizás pueda convertirse en un aprobado si se exige un esfuerzo complementario... Creo que esta es la línea adecuada (aunque no deja de ser 1 de las 36 opiniones)... se lo comentaré a algún compañero de los que aprueban a todos para no tener que examinar en Septiembre... Pero,... ¿y si de ese 4,5 dependiese una titulación o la posibilidad de presentarse a selectividad...? Cada uno es cada uno y sus circunstancias, creo que todos nos hemos arrepentido, alguna vez a posteriori, de haber aprobado o suspendido a algún alumno, aunque hayamos actuado con ética y profesionalidad; al fín y al cabo, somos personas...
Gracias a todos por participar. Estos han sido los resultados:
Suspenso, claro
  17 (47%)
 

Suspenso en la 1ª y 2ª pero aprobado en la 3ª evaluación
  10 (27%)
 

Aprobado con un trabajo
  6 (16%)
 

Aprobado
  3 (8%)
 





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